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Retrato de Martín Zapater
Gran amigo de Goya desde que coincidieran en las escuelas Pías de Zaragoza, Martín Zapater (17461803), hombre ilustrado y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue honrado por Carlos III con el título de Noble de Aragón por su generosidad. Se dedicó con éxito al comercio y mantuvo con Goya una copiosa correspondencia, que resulta fundamental para conocer la personalidad del pintor. Fue en 1797 cuando Goya, instalado ya en Madrid como pintor de éxito, dedicó este retrato a Zapater, al que ya había representado siete años antes. Pintado aún con cierto regusto neoclásico, ofrece la imagen de un Zapater maduro y de aspecto saludable. Goya centra toda su atención en el rostro, donde destaca la potente nariz no en vano le llamaba "narigón" y su franca y directa mirada, en la que consigue captar la expresividad de su amigo y su marcada y abierta personalidad. Posteriormente, siguiendo el gusto de la época romántica, se recortó el lienzo para darle forma oval. Francisco de Goya hizo su aprendizaje como pintor en Zaragoza, y se trasladó en 1775 a Madrid. Protegido por Bayeu en la Corte, cultivó todos los géneros destacando por su genialidad. Sus extraordinarias dotes como retratista le convirtieron en el pintor favorito de la nobleza y de los monarcas Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, de cuya feroz represión contra los liberales huyó en 1824. Se instaló en Burdeos tenía entonces 78 años y murió cuatro años más tarde. [A.S.L.]